No reina el optimismo en el entorno de la Agrupación Deportiva. Lo que parecía un verano un poco más tranquilo se ha convertido en otra pesadilla.
La reunión informal mantenida este lunes con los jugadores puede calificarse de «fracaso absoluto». Lejos de la reacción que tuvieron los juveniles (se presentaron más de una veintena), a la cita solo se acudió un futbolista para renovar y mostrar su compromiso con la entidad azulina, dándose la paradoja de que su incorporación no podría ser inmediata, al encontrarse lesionado.
Las bases para la temporada 17/18 se complican y este club modesto, con más de 50 años de historia y en competición de forma ininterrumpida, podría tener las horas contadas, de no encontrar una masa social y un grupo de futbolistas que arrimen el hombro para garantizar su futuro.
Echando la vista atrás, han sido muchas empresas como Carmocon, Muebles Portillo, Brandt Tragusa o los Hermanos Domínguez, y personas anónimas, las que han brindado sus recursos y su tiempo para mantener el fútbol en nuestra ciudad y que ahora están con la sensación de que «¡esto se rompe!».
Al panorama deportivo, se suma el económico. Según fuentes del club, el Ayuntamiento les adeuda las subvenciones de 2015 y 2016, ambas aprobadas y que servirían para respirar un poco más tranquilos.
