Afortunadamente el final de esta historia no tiene tintes dramáticos, pero por instantes se temió lo peor porque el aficionado al fútbol ya ha vivido demasiados episodios en tan corto espacio de tiempo con situaciones en las que un jugador se deja su vida sobre un terreno de juego. Esta vez no fue así y no lo fue por la salvadora intervención de Diego José Mateos, un trabajador del Grupo de Emergencias de Andalucía (GREA) y que forma parte del cuerpo técnico del conjunto cadete del Atlético Viso. Todo ocurrió en el minuto veinte de partido en el derbi visueño de categoría cadetes entre UP Viso y Atlético Viso. Un partido que acabó en tablas (1-1) pero que aquí es lo de menos cuando Nico, el delantero del UP Viso, cayó al suelo tras un choque con Capitas, el portero atético, en su intento de hacerle una vaselina. El miedo empezó a apoderarse de los presentes cuando el joven futbolista empieza a convulsionar. Aparecen lágrimas entre sus compañeros pero por suerte Diego José Mateos le supo aplicar los primeros auxilios. Así lo relata en primera persona para El Banquillo. «Nico no se levantaba del suelo y los jugadores empezaron a llevarse las manos a la cabeza. Entonces yo salí corriendo y vi que no respondía, que los ojos los tenía vueltos y estaba sin movilidad. Le costaba trabajo respirar y había muchos nervios», detalla. Su intervención resultó salvadora porque después de unos momentos de tensión «consigo abrirle la mandíbula ya que al principio no podía y pude sacarle la lengua al meterle los dedos», añade. No quieren que le llamen héroe porque, sencillamente, no se considera como tal. Pese a su experiencia en situaciones tensas nunca había tenido que actuar en un caso como el que le tocó vivir este domingo. «Todo sucede muy rápido y en ese momento no tienes tiempo para pensar. Luego, cuando ya pasa todo, claro que te vienes abajo y se te saltan las lágrimas». Gracias a su actuación Nico no llegó a entrar en parada cardiaca y aunque pasó toda la noche en observación recibió al día siguiente el alta y ya se encuentra en casa. Asustado, no es para menos, pero con ganas de volver a pisar un campo de fútbol. La intervención de Diego José Mateos y la fuerza de Nico se han dado la mano para que esta vez el fútbol le meta el mejor de los goles a la muerte.