El mal fario de estos últimos días dio paso, por fin, a una pizca de fortuna, la que necesitó el CD Mairena para traerse un valioso punto de Pedrera (2-2). El conjunto local, porque es más equipo, y porque a día de hoy juega y aspira a otra cosa bien distinta, fue mejor, tuvo más ocasiones y mereció ganar. Pero no lo hizo. En parte porque reapareció el decisivo Bruno, un portero que le ha dado muchos de los pocos puntos que este Mairena lleva en esta liga. Después porque un penalti a favor que transformó Javi Jiménez puso por delante en el marcador al equipo de Ángel Domínguez, que tuvo entonces más razones todavía para jugar toda la segunda mitad arropado atrás y esperar una contra que sentenciara el partido.
Y así transcurrió la segunda mitad. Y cuando en la parroquia local ya había cierto contagio de desesperación ante tantas ocasiones falladas, llegaron dos goles en apenas cinco minutos y sin tiempo de reacción para los de Ángel Domínguez porque al partido solo le quedaba un último suspiro. Pero fue suficiente para que Manu Cruzado, por fin aparece, dejara destellos de su enorme calidad para que con un disparo cruzado consiguiera restablecer la igualada en Pedrera.
Punto insuficiente para un equipo que en diez jornadas no conoce lo que es ganar, pero gran punto teniendo en cuenta el rival que había enfrente. Cinco empates y cinco derrotas, bagaje de momento para un Mairena que espera anunciar esta semana al sustituto de Juan Carlos Garzón.