Se trataba de dejar de practicar el goalball o de cambiar de equipo. Hasta ese punto se tensó la cuerda tras ocho años de periplo en el equipo de Sevilla. Afortunadamente decidió emprender y competir lejos de aquí. De esta manera Arantxa Sorribes aterrizaba en Madrid para jugar con el Tetuán y así olvidar los problemas que ha tenido con su entrenador el conjunto hispalense. “Considero que un equipo lo forman equipos jugadores y para llamarse equipo tenemos que actuar como tal. Y no ocurría en Sevilla. No iban todas a entrenar y no había ese compromiso máximo que se exige. Rara vez algún compañero aparecía por uno u otro motivo y el colmo es cuando tu entrenador te hace únicamente responsable de los fracasos deportivos y engloba a todas en los éxitos”, comenta para este medio la deportista visueña.
Unos problemas internos que han hecho que de conseguir un tercer puesto en liga y copa, el conjunto sevillano esté actualmente en la Segunda División de goalball. En cambio, Arantxa Sorribes sigue triunfando, cosechando éxitos, aunque sea lejos de su tierra. Y con el Tetuán madrileño ha conseguido un tercer puesto en liga y un subcampeonato de España tras perder la final de copa ante el IK Gipuzkoa Goalball (1-2). “Este trofeo es la consolidación de acabarme de integrar en un nuevo equipo. La cosa ha resultado bien y me siento cómoda y feliz”, apunta. Cada vez que ha habido partido “salíamos en coche la madrugada del sábado para jugar por la misma tarde y hacíamos noche en Madrid”, añade.
Pero ha merecido la pena, no sólo por los resultados deportivos, sino porque atrás deja una etapa cuyo final ha sido complicado. “La situación ya era insostenible. Si yo cometo un error claro que mi entrenador me lo tiene que decir, pero una vez, y no repetirlo varias veces. Por ahí no estaba dispuesta porque me estaba machacando”, detalla. Sorribes confiesa que lo ha llegado a pasar mal pero cuando tomó la decisión de salir y buscar equipo, “no me faltaron novias”, dice entre risas. Se decantó por el Tetuán “porque conocía al entrenador y a las jugadoras, ha sido todo más fácil”, comenta.