Para el recuerdo quedará ya el campeonato de España de Muay Thai que se ha celebrado en el pabellón de deportes Santa Lucía, que ha dejado a tres de los representantes de Alcores Fight, el club anfitrión que preside Ramón Moreno, en lo más alto del cajón: Daniel Sosa, Eddy Osaru y Álex Cordeanu.
Dado que Eddy Osaru se proclamó vencedor sin la necesidad de subirse al cuadrilátero, dada la enfermedad de su rival, que sí viajó desde Canarias hasta El Viso, el combate más esperado fue el que protagonizaron Daniel Sosa y Ramón Yerau. El visueño pudo con la presión, también con la alegría, que da ganar en casa. Venía de perder hace veinte días con su contrincante, y por KO, pero esta vez se tomó la revancha y consiguió vencer ante el aplauso unánime de los espectadores que acudieron a la cita. “Al principio estaba nervioso, pero luego me sentí cómodo y me relajé. Sabía que él iba a trabajar mucho de rodilla, y yo quería entrarle por abajo. Haber estado en casa se ha notado, ha sido un punto a favor”, comenta Sosa, quien a sus 20 años no se pone límites. “Hasta que pueda voy a seguir peleando”, añade.De hecho lo siguiente que tiene es el estreno en categoría profesional, ya sin protecciones. “Ahora a concentrarse y a entrenar todos los días” para una velada cerrada que tendrá lugar a principios de noviembre.
La otra gran alegría del campeonato la dio Álex Cordeanu, quien a sus trece años se proclamó campeón en su categoría tras derrotar en el combate final a José Lázaro, mientras que Eddy, que también cogió medalla, lo hizo sin la necesidad de pelear por la retirada de su rival por enfermedad. “Me quedé con las ganas”, comenta entre risas. Orgulloso de todos ellos está Ramón Moreno, presidente del club Alcores Fight, y quien hace un balance bastante positivo del campeonato que ha acogido El Viso. “Hay gente que piensa que esto es un deporte de animales, y no es así. Luego nos fuimos todos a cenar juntos y analizar los combates. Cualquiera que lo ve desde fuera entiende que es violencia, pero si ves al final el abrazo entre todos y que nos fuimos a cenar, la cosa cambia. Hay mucho respeto”, finaliza.