El Alcalá Futsal continuará en la categoría de bronce del fútbol sala nacional después de un curso que se divide perfectamente entre el disfrute en Copa y el sufrimiento, por momentos, en Liga.
Con el triunfo a domicilio por 1-4 ante el FS Villarobledo la permanencia ya es matemática con tres jornadas todavía por disputar, por lo que llega el momento de hacer un primer balance por el Distrito Sur.
En ese sentido, la Copa ha podido ser un lastre para lo que ha ocurrido después en la competición doméstica pero ha dejado estampas inolvidables y para la historia. Desde que el equipo de José Vidal fue capaz de tumbar a un Segunda División, como la Unión África Ceutí, hasta el memorable encuentro ante un Primera en el Fernández Viagas con la llegada a Alcalá del Zaragoza.
En Liga todo se torció entre finales del pasado año y principios del presente. Una racha de ocho derrotas en nueve jornadas condenó al conjunto alcalareño a pelear por la permanencia, que ni mucho menos era el objetivo inicial. Se consiguió al menos revertir la situación, hasta el punto que estas últimas tres jornadas van a sobrar. La temporada que viene sólo habrá Liga, pero es más que valioso que este Alcalá FS siga siendo una temporada más de Segunda B.
