Casi siete meses después, el CD Mairena vuelve a ganar un partido oficial. De un 16 de mayo en el que se le ganó en casa al filial del Cádiz (3-2) y en la última jornada de la pasada liga en Tercera, a la conseguida este domingo, en Primera Andaluza, pero ante la AD Nervión (1-2), el conjunto revelación de la categoría y aspirante a ocupar el curso que viene la División de Honor.
Los jugadores de esta plantilla, que tanto llevan pasando en esta liga, deben sonreír más que nadie por esta victoria, pero, también hay que recalcarlo, este triunfo se ha conseguido con Ángel Gómez en el banquillo. El técnico mairenero les ha hecho ver que sí saben jugar al fútbol, y que también saben ganar. Solo hacía falta competir, correr igual o más que el contrario, algo de paciencia y de moral y, por supuesto, algo de fortuna, que tampoco se había tenido mucha en esta temporada. Pero el fútbol te da lo mismo que te quita.
Y con esta plantilla, con este Mairena, se estaba en deuda. Y por eso este deporte es tan grande, porque cuando enfrente estaba un rival con ese potencial, cuando se venía de perder un partido que se tenía casi ganado ante otro rival igual de bueno o más que el nervionense, es decir, cuando todo estaba en contra para seguir con el casillero de triunfos a cero, aparece el Mairena de verdad, el que debe hacerse respetar por todo lo que representa, y gana el partido con los goles de Javi Jiménez y Monanche.
Perdonen si en estas líneas se ha hablado poco o nada del partido, pero he de suponer que cuando se gana por vez primera en catorce jornadas, el camino es lo de menos. No se avanza en la tabla, pero se coloca con nueve puntos. Será, no lo duden, la primera de muchas más victorias.