Remontarle dos goles al líder Bellavista es señal de la fortaleza mental que tiene este Mairena. Una fe que está sirviendo para sumar puntos en partidos que se complican entre errores propios y aciertos poco habituales en los contrarios. Porque poco se pudo hacer ante el primer tanto del Bellavista. Un disparo desde casi cuarenta metros que entró porque fue una genialidad del atacante blanquiazul. Sí se pudo evitar el gol de De la Vega, que ponía tierra de por medio para el Bellavista. Una defensa pasiva que vio como Bruno paraba hasta en tres ocasiones antes de que el atacante hiciera el gol.
Mientras tanto, en ataque los de Ángel Domínguez generaron bastante peligro. En realidad, fue una primera mitad tremenda la que jugaron ambos equipos, con un ritmo de partido alto y un nivel de juego considerable. Y antes del descanso, Manu Palma acortaba distancias para los maireneros, que se metían así en el partido.
Tras la reanudación el Bellavista entendió que había que darle una pausa al encuentro. No le interesaba ir de un área a otra, y estaba en proceso de conseguirlo hasta que Pedro se sacó otra genialidad de la chistera y empataba el partido con un lanzamiento desde fuera del área.
A raíz de ahí, de nuevo el partido enloquece, hasta el punto que se afea con un juego bronco y con un carrusel de cartulinas, expulsión de Núñez incluida para los visitantes. Pero ya apenas se jugó, si bien el equipo albinegro acabó en el área rival, encerrando a todo un líder al que le remontó dos goles y al que casi consigue doblegar. Tiene su mérito. A seis puntos queda el liderato. Ahora toca viajar a La Puebla.